Siervo de Dios Miguel Ángel Builes 1888-1971
Brief info
Algunos datos bibliográficos:
1888
9 de Septiembre: Nace en Donmatías (Antioquia). Sus papás son Agustín Builes Restrepo y Ana María Gómez Peña. Es bautizado el 12 de septiembre en el templo parroquial, por el presbítero Victoriano Muñoz.
1893
19 de Diciembre: Recibe el sacramento de la confirmación, de manos de monseñor Juan Nepomuceno Rueda, obispo de Santa Fe de Antioquia.
1897
21 de Junio: Hace su Primera Comunión.
1907
7 de febrero: lngresa al Seminario Menor de San Pedro de los Milagros.
1911
8 de marzo: lngresa al Seminario Mayor de Santa Fe de Antioquia.
1914
29 de noviembre: Es ordenado presbítero, en Santa Fe de Antioquia. Celebra su primera misa solemne, en su pueblo natal, el 8 de Diciembre siguiente.
1915
13 de abril: Viaja a Valdivia, nombrado vicario parroquial del Padre Uladislao Ortíz.
1916
4 de diciembre: Llega a Toledo como párroco.
1917
29 de enero: Viaja a Santa lsabel como Vicepárroco. 5 de febrero: La Santa Sede crea la diócesis de Santa Rosa de Osos, desmembrándola de Santa Fe de Antioquia. Su primer obispo es Monseñor Maximiliano Crespo.
1918
28 de diciembre: Llega a Remedios como párroco.
1924
1927
3 de agosto: Es ordenado obispo en Bogotá
22 de octubre: Toma posesión de la diócesis de Santa Rosa de Osos.
29 de junio: Firma el decreto de fundación del Seminario de Misiones que comenzaría tareas el 3 de Julio siguiente.
1929
11 de abril: Funda la Congregación de Hermanas Misioneras de Santa Teresita.
1939
11 de abril: Funda la Congregación de Hermanas Misioneras Contemplativas
1951
11 de octubre: Funda la Congregación de las Hijas de Nuestra Señora de las Misericordias
1971
29 de septiembre: Muere piadosamente en Medellín en la fiesta de su Santo Patrón, rodeado de sus hijos e hijas misioneras.
Su familia
Los padres de Monseñor Miguel Ángel fueron Agustín Builes y Ana María Gómez. Tuvieron nueve hijos: Ana Rita, Miguel Ángel, Rosa Emilia, Marco Tulio, Elisa, Agripina, Alfonso, María Jesús, y Teresita. Miguel Ángel nació el 9 de septiembre de 1888.
Acerca de la formación cristiana y misionera que recibió en su cristiano hogar dice el Siervo de Dios Miguel Ángel Builes:
“Desde niño leía con entusiasmo la revista de la Santa Infancia que ponía en mis manos mi buena madre y recitaba el padrenuestro por la propagación de la fe con la invocación, San Francisco Javier, ruega por nosotros, enseñada también por ella. El Señor sembró en mi interior una semilla misionera que, en el transcurso de los años, nació y, con la ayuda de Dios, que da el incremento, ha de producir copiosos frutos”. (Miguel Ángel Builes, sobre el seminario de misiones, 17.07.1937).
Ministerio sacerdotal
El Siervo de Dios (Venerable) Monseñor Builes narra con mucho entusiasmo sus primeros años de ministerio sacerdotal y el efecto que estas experiencias tuvieron en su ministerio:
“Fui misionero en el Norte y el Nordeste del Departamento, que en lo eclesiástico pertenecen a esta Diócesis. Recién ordenado me destino el Ilustrísimo Señor Crespo a Valdivia y Cáceres con toda la dependencia en ese entonces de estas dos parroquias, que eran nada menos que toda la extensión del bajo Cauca desde Puerto Valdivia hasta la confluencia con el Nechí y Cacerí y Cruces de Cáceres, centros mineros entonces en producción. Cuando sentado en mi canoa de misionero meditaba en los innumerables semisalvajes de esas riberas pensaba en aquello de «La mies es mucha y los obreros pocos». Y de veras; ¿qué iba a hacer un pobre joven palúdico y sin fuerzas físicas aunque con gran voluntad en tanto territorio? Estuve en esas deliciosas correrías allá por los años de 1915 y 1916.
A principio de 1917 se me señaló otro territorio no menos necesitado: El Tigre y Santa Isabel de Remedios, donde encontré las mismas necesidades. A fines de 1918 y principios de 1919 me tocó ya la administración de la extensísima comarca de Remedios, que según pude averiguarlo, tiene 75 leguas de largo por 35 de ancho, o sea desde los nacimientos del Ité (o Cimitarra) hasta su desembocadura en el Magdalena. Por supuesto que no son parroquitas como las de Europa. En estas misiones se me iba abriendo un deseo como de alguna fábrica (perdóneme la expresión de misioneros santos y sacrificados, no sólo para esas comarcas tan necesitadas sino también para el resto de mi Patria tan urgida (y más aún), como esa mi amada parroquia.
Veía las extensiones inmensas del Sinú, del Magdalena, del Cauca, del Atrato, y se me iban los ojos hasta las prefecturas apostólicas y me acordaba del Meta, el Vaupés, el Caquetá, el Putumayo, el Chocó, la Guajira, y seguía extendiendo la mirada y se me perdía en la grande extensión del mundo sin Dios. Pero de un modo especial me daban lástima los que siendo bautizados, viven como salvajes, sin duda porque éstos fueron los primeros a quienes prediqué” y que abundan sin número en nuestra Patria.
El amor a los puros salvajes se me ha despertado después, merced a la intensa propaganda misional de estos últimos tiempos, merced al Congreso misional de Bogotá, merced a las grandiosas encíclicas de Su Santidad Benedicto XV Máximum Illud y de Pío XI Rerum Ecclesiae. Que si uno no se despierta con semejantes voces, está muerto porque no puede estar dormido (Miguel Ángel Builes, Visitas Pastorales del excelentísimo señor Miguel Ángel Builes en Tierras de Misión, Medellín, 1934, páginas 113-115).