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Brief info

Como misionera fue incansable, fiel a sus compromisos de consagrada, admirable en su espíritu de superación personal para asumir la misión del apostolado educativo que le confió la Congregación. Era hermoso contemplar su sonrisa y mirada alegre ante los niños, los jóvenes, los normalistas, los adultos, había en ella el encanto del alma espiritual, del alma que contempla y que su acción es fruto de esa contemplación que es trasformadora.
Excelente catequista: le gustó el catecismo y se interesó por prepararlo y darlo bien. Su celo ardoroso también, se expresó en el trabajo con los reclusos explicándoles la Biblia y orando con la Palabra de Dios. Sus ansias misioneras la llevan a asociar los enfermos que atendía a la Unión de enfermos Misioneros para que unieran sus dolores, al dolor redentor de Cristo, por la salvación del mundo.

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