Pero el medio más eficaz es el de dirigir los orfelinatos, escuelas y colegios en donde las misioneras recogen los niños salvajes o bautizados, pero sin cultivo espiritual ni intelectual, para formarlos allí en el conocimiento y el amor a Jesucristo.
Se dedicarán también a la enseñanza primaria y secundaria en escuelas y colegios en general, pues ahí pueden ejercer admirablemente su oficio de misioneras, aunque sea en pueblos civilizados. Y su acción abrazara desde el Kínder hasta las Normales, para hacer de sus alumnas mujeres de hogar, de manera distinguidas y nobles, cimentadas en la virtud que es el gran adorno de la mujer.” Palabras del Padre Fundador a las primeras Hermanas (Olano García María Dolly, Las Hermanas Misioneras de Santa Teresita del Niño Jesús)